viernes, 30 de septiembre de 2011

Veo veo...qué ves?

¿Os acordáis del juego? Nosotros teníamos la versión de la cosa de qué color o por qué letrita empieza. Jugaba siempre en el coche hasta hartar a los mayores. Luego en los larguísimos viajes desde Suiza a España en verano con mi hermana cuándo conseguíamos dejar de pelear pasábamos horas y horas jugando al veo veo. Era el juego que usaban para que dejáramos de ser pesados preguntando cuándo llegábamos o para quitar hierro al asunto en la sala de espera del dentista.

Ahora la mamá lleva alguna consola en el bolso para que el niño deje de tocar las narices si se pone pesadito. Así de fácil y sencillo, visto con mis propios ojos. Peeeero el domingo pasado ocurrió una cosa alucinante, mientras hacíamos cola il ragazzo y yo para ver aquello de los coches había una pareja delante nuestra con un chavalito, que tendría unos 9 o 10 años. En esto que el niño suelta:
-Mamá...Veo,veo!
-Qué ves?- Contesta la madre
-Una cosita.
-Con qué letrita?
Me quedé "alunizada" es como si derrepente estuviéramos en el año 95. Cómo han hecho estos padres? Seguro que han castigado al niño a pasar 2horas con la consola y lo han recompensado con salidas en bici o juegos de mesa.

Acaso no deberíamos hacerlo así? Es decir, castigar sin ver la tele o sin comer chocolate hace que el niño vea esas actividades como placenteras. De esta forma estamos creando una generación sedentaria y poco despierta. Luego nos asombran los datos sobre obesidad infantil. Yo no me extraño cuando veo a niños en el carrito comiéndose un donut que le acaba de dar la abuela o el papá. Claro que esto me recuerda a una anécdota. Estábamos en un bar el niño de los propietarios fue a sentarse a una mesa para ponerse a merendar, llevaba en la mano una bolsa de patatas y un donut. En esto que llama al padre que estaba atendiendo para pedirle que le abriera la bolsa.
-Pero...qué es esto?
-La merienda papi, me lo dió mamá.
-Anda trae estas guarradas que te voy a hacer un bocata.
Para que luego digan de los hombres. Me quedé también atontada ante la escena, y vi como efectivamente le trajo un bocata de jamon york y queso, mucho más sano y nutritivo.

Yo lo tengo claro si algún día tengo hijos, los catigaré poniéndolos mirando para la tele, y sin comer (por si las moscas no vayamos a atiborrarlos a bombones). Y los premiaré dejando que frieguen los platos, que tiendan la ropa, que limpien el polvo, que lean, que jueguen en el paque...lo tengo clarísimo. Mis hijos cuando empiecen a andar les enseñaré a poner la lavadora y a pasar el aspirador.Ni qué decir tiene que serán ellos los que me vayan a buscar cuando salga de la discoteca...
Mi futuro hijo de chófer.

7 comentarios:

  1. La verdad es que el niño se parece más a ti que al padre, sobre todo por la forma de conducir. Me están llegando un montón de e-mail preguntándome si sé algo de la segunda parte de “tenemos que hablar…”, les he dicho que o bien esta noche lo cuentas en el programa de “Sálvame de luxe” o mañana en “la noria” para cobrar la exclusiva. Estaremos pendientes del desenlace…

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  2. Estoy con el españoleto, ¿no hay novedades?
    Y en cuanto a tu idea educativa..., que te crees tú que los niños son tontos y se van a tragar que pasar la aspiradora mola más que ver la tele :)
    Estás muy chalá!
    Un beso

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  3. Eso eso, preferimos las novedades!!

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  4. Di que sí, Fran, que nos tiene en un sinvivir!

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  5. Menos queb alguien se atrevió a preguntar !!! ja ja ya no podía más!

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  6. Vaaale valeee, chicos ya!! Jolín qué presión...lo siento pero os voy a decepcionar...

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  7. Tú nunca nos decepcionas, somos los demás hacia ti.

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