Érase una vez que se era una Minicocci mirando a su primo hablar por teléfono. Estaba en mi casa, en la segunda casa que viví allí en Ginebra y para variar estaba yo con mis ideas volando por la cabeza, mi primo llamando a no sé quién desde nuestro teléfono fijo y yo observando...y allí en el mueble esquinero del sofá
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ahí donde está la taza teníamos el teléfono y varias cosas más. |
me encontré un botecito con perlas. Perlas de un collar de mi madre que tenía una perla central grande y luego las demas iban decreciendo.
Debo decir que yo tendría unos 4 años, y parecía un niño porque tenía el pelo no muy largo, heredaba la ropa de mi primo y encima no tenía pendientes porque a alguien se le ocurrió ponérmelos cuando tenía meses y se me produjo tal infección que hasta se extendió a mi dedo meñique...con el cual seguramente me toqué la oreja y provoqué la infección...a saber.
Total yo, una niña a la que le gustaban los vestidos rosas de terciopelo y la las faldas de vuelo...que parecía un niño si no llevaba dichas prendas...vi las perlas del collar roto de mi madre y decidí probármelas. Al no tener las orejas perforadas ni las perlas tenían el accesorio para convertirse en pendientes me las fui metiendo dentro del oído. Primero una...no esta es muy grande, esta muy pequeña...esta...esta sí! Entra justita, perfecta! En esto que le digo a mi primo qué tal me queda y se pone a gritarle a mi padre "Mira! se ha metido una perla en la oreja!". Mi padre vino corriendo, miró y empezó a blasfemar, "me cagüen esto y lo otro, a ver ahora cómo sacamos eso..." y yo con el susto intenté sacarla pero solo conseguí meterla más adentro. Del resto ya no me acuerdo.
Lo que sigue es lo que me han contado. Yo me puse histérica al oír que me tenían que llevar al hospital, tirar de mi por la calle les costó lo suyo. Al llegar al hospital el médico le dice a mi madre delante de mi "Esto va a ser muy difícil" y vale yo tenía 4 años pero según mi madre lo pillé y me puse más histérica aún si cabe. Tuvieron que sujetarme entre 5 personas, a mi, un mico...vamos que debía estar como la niña del exorcista. El médico sacó un artilugio con una especie de alambre encorvado pero acabado en punta. Resultado: perla fuera y oído sangrando. Según mi madre el médico que estaba al principio tan borde se volvió todo dulzura pensando que me había perforado el tímpano por gilipollas. Hasta llamó a casa personalmente al día siguiente para saber cómo me iba. Resultó no ser más que un arañazo en la pared del oído con el artilugio aquel.
Con cinco años me llevaron a perforar las orejas para que aquello no volviera a ocurrir.
así fueron mis primeros pendientes pero claro donde estén las perlas que se quiten las cerezas :-P |