lunes, 18 de julio de 2011

Las amigas II

En este caso hablaré de Mariola. Como ya os he contado en este post las chicas de mi pueblo nunca me cayeron demasiado bien, y como tenía que ser Mariola era de un pueblo cercano al mío pero desde luego no era de mi pueblo. No recuerdo cómo entablamos amistad, ella es de esas personas que se llevan bien con todo el mundo pero de ahí a hacer que fuéramos íntimas...no lo recuerdo bien, claro que íbamos a la misma clase, eso ayudó mucho.

Mariola se trasladó a mi instituto antes de tiempo, se suponía que entraría en el segundo ciclo de la E.S.O. pero no sé por qué motivo aterrizó en mi clase cuando yo tenía 13 años. Ella estudiaba en un colegio de monjas (quizá fuera el motivo de su prematuro traslado), y como ha de ser había alguna rencilla entre nosotros los que veníamos del colegio público y los pijos de las monjas, prejuicios y prejuicios. Claro que no tardé en ver que Mariola era muy distinta a sus demás compañeros, de pija nada, más bien una cabra montesa que se hacía a cualquier ambiente. El primer año simplemente nos llevábamos bien, el segundo ya eramos muy amigas, ella venía a mi casa y yo a la suya. Era...mi mejor amiga de españa.

Con quince años Mariola me invitó a las fiestas de su pueblo...aquello fue genial claro, la primera vez que salía yo de fiesta hasta las tantas. Era emocionante, esa época en la que te miraba un "chico" y "UUuuuy te ha mirado, eso es que le gustas!" o que llevo un moco colgando...Si mal no recuerdo ese año también había invitado a otra amiga suya, la cual triunfó como la cocacola, yo era más bien pepsi.
Llegaron las fiestas de mi pueblo y me tocó a mi invitarla, ella emocionadisima porque íbamos a salir de fiesta en mi pueblo que es más importante que el suyo y habría gente de más sitios...chooorradas! Yo no quería salir:
-Paso de verles la cara a las estiradas de clase, con verlas durante el curso me sobra!
-No seas así Cocci, ya veras como nos lo pasamos bien.
Fue inolvidable, cómo no lo íbamos a pasar bien? Éramos las únicas sin horario de vuelta a casa mientras que las demás no podían pasarse. Nosotras nos quedábamos a cerrar la única discoteca, pero acompañadas de un grupo de chicos. Siempre fue igual, ella y yo riéndonos con los cuatro gatos perdidos.

Pasaron los años, emoción tras emoción, fiesta tras fiesta, curso tras curso...y llegamos a la mayoría de edad, poco a poco todo se fue volviendo más frívolo e insignificante. Mariola repitió 1º de Bachillerato, mientras que yo seguí a delante, empezó a flojear la amistad que teníamos. Llegó el día en que ya no nos veíamos ni en el insti porque yo acabé Bachillerato y me fui a hacer un módulo. Pero no faltaba alguna tarde en la que quedábamos para hacer el cafre, o tomar unos "cafeses".Acabé conociéndo a Mariano, un chico que se nos acopló a la pandilla un día de fiesta en Navidades, en esa época yo no quería relaciones serias y un chico que estudia fuera era el mejor candidato pero como siempre que planeo algo, no salió como planeado. Acabé manteniendo una relación de años con él.

Cualquiera podría pensar que me distancié de Mariola debido a esta relación, y quizá nos veíamos con menos frecuencia, pero era raro la semana que no nos viéramos, de hecho seguíamos saliendo casi todos los findes, Mariano se iba siempre antes para casa, a mi me apetecía irme con él pero me decía que me quedara con Mariola que me necesitaba. Sí me necesitaba porque ella estaba loquita por Mikel, uno de la pandilla, y ya hacía más de un año que le andaba detrás, incluso había llegado a hablar con él pero no estaba "preparado" para una relación. Así que ya me veis a mi intentando animarla, pero Mariola era el alma de la fiesta yo tenía otro papel, el de la mojigata parada, no me costaba mucho animarla vaya. Y llegó el verano, un día con una tremenda resaca y yo de comida dominguera con la familia en un pueblo perdido y con un metro cuadrado de cobertura (ya tenía movil!) Me llama Mariola para contarme que por fin la noche anterior pasó lo que tenía que pasar, yo con mi borrachera casi ni me enteré, también se declararon cuando yo ya me había ido.

Y así fue como a Mariola sólo le quedaron, ojos, tiempo y dedicación para Mikel, no había más vida que en su burbuja, no podían estar uno sin el otro, eran el uno la sombra del otro. Al principio me parecía bien y lo entendí, al principio de una relación casi siempre sucede esto. Pero pasó el tiempo y a mí me llegó el día en el que Mariano se fue a trabajar a Madrid, pasaba las semanas fuera y solo venía los viernes por la noche hasta el lunes de madrugada. Me vi sola, perdida en un mundo sin más amigas que una chica que ya no era de mi mundo. La llamaba muchas veces por la tarde que las tenía libres igual que yo, pero siempre tenía mejores cosas que hacer como, barrer la casa, fregar...y esas cosas tan amenas. Hasta el día que:
-Hola Mariola, quedamos esta tarde y tomamos un café?
-No, no puedo tengo que hacer cosas en casa.
-...ah...vale, oye mira que es que te llamo yo siempre y nunca puedes quedar, ya me canso, así que cuando puedas quedar me llamas. Venga chao.
-Chao.
Nos distanciamos mucho, porque yo ya no puse de mi parte y ella hacía mucho que dejó de esforzarse. Me deprimí, e intenté buscar amistades...en internet, únicamente concí a un chico que se pasaba el día hablando conmigo y aguantando mis chapas. Salí un par de veces de fiesta con Mariola pero había cambiado totalmente, de aquella chica tan sociable y fiestera no quedaba ni un ápice. Una cosa es hacerse más responsable en ciertos ámbitos y otra convertirse en un carca en todos los aspectos, la que bailaba era yo mientras que ella se quedaba como los demás plantada como un seto. Directamente no quise volver a salir de fiesta. Hasta que por fin me encontré con una antigua compañera de clase que me presentó a algunos chicos y chicas y me pasé el verano con ellos...lo que hizo que mi relación se convirtiera en un calvario, porque mi querido que no conocía ni quería conocer a mis nuevos amigos no se fiaba un pelo de esa ilusión nueva que yo tenía. En cuanto a Mariola me acabó echando en cara que no nos veíamos por mi culpa, no directamente sino sutilmente en un meme de estos que se envían por mail.

Pasaron años y dejé mi relación desastrosa con Mariano, lo pasé mal, lo pasé bien, cambié de amistades ...lo pasé aun mejor, pasé mi época loca, y tuve una relación corta aunque intensa, todo lo cual no pude compartir con Mariola. Ya me daba igual, para mi las amistades eran como los novios, algo que viene y que va, no le di más importancia. Y tras unos 6 o 7años con este distanciamiento me viene Mariola pidiéndome que sea su dama de honor! Últimamente nos veíamos algo más pero la relación ha seguido siendo algo superficial, y siempre acompañadas ambas por nuestros queridos.



Es duro ver como nunca se puede volver a tener lo mismo, yo no pido lo mismo, pero sí pido la misma confianza, el poder hablar de todo lo que nos preocupa, y me da la impresión que ella es la única que no lo hace. Está claro que solo se puede recuperar una amistad si ambas ponen la misma carne en el asador...lo he comprobado.


A pesar de todo, es la persona con la que he compartido de los mejores momentos de mi juventud, ella forma parte de las personas que me han marcado de por vida, y siempre estará ahí.

1 comentario:

  1. Hola encontrado tu blog de casualidad y me lo he leído desde el principio, tienes una forma muy peculiar de escribir. Y me gusta!!
    Me ha gustado esta entrada porque yo tengo una persona en mi vida como tu amiga Mariola y me ha gustado sobre todo el ultimo parrafo porque describe lo que pienso yo de mi amiga. Es sorprendente como marca las vivencias de la adolescencia.

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