jueves, 25 de agosto de 2011

Cualquier tiempo pasado fue anterior III

Desde el día que le pedí un tiempo habían pasado unas dos semanas cuando me llama Mariano hecho polvo midiéndome que quedáramos para hablar. Yo le había dejado en el piso alguna carta y un cd que le compré con el dinero de mi nuevo curro, igual fue un error, pero las cartas eran necesarias para expresarme bien, ya que oralmente parecía no saber hacerme entender. Quedamos y lo vi tan mal con tantas intenciones por hacer algo para que la cosa fuera mejor que di otra oportunidad a esa relación. Yo tenía una condición y era ir a clases de baile, él aceptó. El día que iban a empezar las clases se lo dije y me llamó loca, que cómo iba a ir el a ese "fregao", bueno a mi me hacía ilusión igualmente así que fui con mi hermana, total con quién saldría a bailar de fiesta era con ella porque él...Vamos que fui tolerante y no me lo tomé mal...Hubo algún cambio, era algo más atento, se le veía como más cariñoso e ilusionado. Me pidió que fuera con el a Madrid, podría ir a la ofi y ver como funcionaba aquello, yo aproveché la situación y le dije que si iba dos semanas allí él tendría que coger dos semanas de vacaciones ese año, era una buena propuesta y aceptó. El caso es que me pasé dos semanas en pleno diciembre, levantandome a las 6 de la mañana y pasando 12 horas al día en una oficina de una nave (es para que os hagáis una idea del calorcito que podía pasar, no sé cómo no acabé con los dedos de los pies gangrenados) ayudando a la administrativa a archivar papeles. Cierto es que me entretenía bastante hablando con ella pero era una paliza esos madrugones, y más pasando ese frío, pero aprendí un poco del tema. Al fin mi parte cumplida le dije que ahora le tocaba a él, se lo recordé una y otra vez pero siempre era mal momento para coger vacaciones, incluso llegué a decirle "No eres imprescindible, acaso te crees que si mañana te mueres la empresa dejará de trabajar?" nada como una piedra su mollera.

Escribiendo el resto me he dado cuenta que contar más detalles y anécdotas dejarían a Mariano a la altura del asfalto, y que lo cierto es que son cosas que veo yo desde mi punto de vista y desde el suyo seguramente no se vea igual. Yo tenía mi mal genio y mis cambios de humor repentinos, falta de experiencia y baja autoestima que me hacían ver las cosas siempre negativamente, por eso lo que más recuerdo de aquello son los malos momentos, también porque en los últimos meses no hubo muchos buenos momentos. Con una persona como yo no apetecía intentar cambiar nada, no apetecía esforzarse, que por supuesto no siempre fui así pero cuando era buena me guardaba todo lo que me sentaba mal, se fueron acumulando esas cosas y me fui convirtiendo en una persona amargada, hasta sus amigos me tenían por una chica insoportable lo cual no supe hasta más tarde, hasta que vieron que sin Mariano yo era otra persona.

Me ha llevado años darme cuenta de que ya antes de conocer a Mariano yo tenía un problema no resuelto: una baja autoestima. Lo que me llevaba a hacerme la víctima, Mariano no me tenía en cuenta y prefería trabajar a estar conmigo, y ña y ña y ña, y en vez de hablar las cosas pues él tenía que adivinar lo que me pasaba, yo no entendía que no supiera lo que me fastidiaba, hoy ya sé que los hombres son demasiado simples para intuir siquiera que se avecina una tormenta cuando ya se ven los rayos, así que me dediqué a acumular munición hasta que un buen día reventé y no paré...si me hubiera dedicado al deporte como hago ahora igual habría cometido menos gilipolleces, me habría dado cuenta antes que esa relación no iba a ninguna parte. Tuve mi parte de culpa está clarísimo, pero tampoco se le puede quitar a él su parte y el que en ningún momento intentara hacer algo por nuestra relación, porque cuando me pongo a pensar cuando recuerdo momentos especiales con él suelen ser momentos de risas, nunca momentos de ternura, o románticos. Cómo es posible que no recuerde ningún momento especial de darnos mimos y abrazos y esas ñoñerías? No lo sé puede que los hubiera, es triste porque si los hubo no los recuerdo. Admito también que a pesar de decir las cosas de mala manera también cuando se pasaba el vendaval volvía a decirlas por las buenas y aún así no había cambios, mi último cumpleaños con él fue horroroso, al caer en sábado y saber que lo pasaría con él me hice ilusiones, pero a pesar de todo me contuve y me prometí no enfadarme si no hacía o no me regalaba nada especial pero es que ni me felicitó. Yo  no soy una persona a la que le gusten los romanticismos pasteleros y sobrecargados, del tipo que te digan  poesías a la luz de la luna, pero no me disgusta que en un momento de esos de "ñoñerías" te suelten un te quiero o que te den un buen beso con las olas del mar rompiendo en el acantilado de banda sonora, o que te den un abrazo y suspiren o te hagan suspirar por el reconfortamiento que da. Esas cosas que normalmente salen de uno cuando quieres a alguien, las eché de menos esos años, nunca entendí que tuviera que pedir una caricia, pero supongo que es algo que se aprende cuando eres pequeño y si no te dan ternura probablemente de mayor no sabes darla tampoco y quizá también necesitas aprender. No sé si es que  no tuvo esa ternura de pequeño, desde luego yo no supe enseñarle o explicarle lo necesario que era y lo peor yo acabé frenando también esos gestos porque cuando no ves una respuesta no es agradable, es como si das un regalo y delante de tus narices lo tiran a la basura, lógicamente no volverás a regalar eso a esa persona.

Tampoco conseguí que se cogiera jamás unos días para pasar juntos fuera de aquí, pero me conformo con que después de acabar con esa relación unos meses más tarde se cogió una semana de vacaciones, también se puso a viajar, lo cual me alegró, y para nada sentí eso de "cuando estaba conmigo nunca lo hizo", porque ya me había hecho a la idea de que sucedería algo así y que pudiera ser que incluso lo hiciera para darme en las narices y demostrarme que podía cambiar, pero a mi eso ya no me importaba hiciera lo que hiciera mis sentimientos habían cambiado y que se esforzara para nada no era justo. Además tengo la teoría de que no se puede cambiar si sigues con la misma persona, porque si esa persona no confía en esos cambios puedes cambiar un tiempo pero al ver que tus esfuerzos son en vano acabarás volviendo a lo mismo de antes. Por mucho que observo que ha cambiado, para mi sigue siendo el mismo, por eso jamás me planteé volver con él.


El día que decidí dejarlo lo pasé muy mal, lloré muchísimo y él no se inmutó dijo cosas que me hicieron sentir despreciada, en realidad él no se creía lo que estaba pasando de ahí su reacción. A la semana siguiente de cortar al ver su piso vacío de mis cosas se hizo a la idea y por fin reaccionó y se puso muy mal quiso hablar conmigo y me tuvo que insistir mucho para que le "concediera audiencia", estuve fría ahora la que no se inmutaba era yo, tenía una palabra en la cabeza veía hasta su imagen era un gran "NO" en tres dimensiones. Y no supe decir otra cosa, me prometió el oro y el moro pero yo no quise volver, lo estaba pasando mal ahora pero sabía que no volvería a estar tan mal como cuando estaba con él cuando saliera del bache en el que estaba, sabía que necesitaba estar "soltera", hacer todo lo que no pude hacer estando con él...y algo que aún no sabía ...tenía que aprender a quererme yo misma.

 Antonio justo en esa época estaba de baja así que pasé mucho tiempo con él, pero al contrario de lo que pensaba Mariano él no fue el motivo para dejarlo, motivos tenía de sobra sin necesitar a una "tercera persona", Antonio de hecho me decía que lo pensara bien que hablara las cosas, que tenía que dar una oportunidad, que me podía arrepentir, pero que si yo ya lo tenía bien claro que me apoyaría y que no estaría sola, y mi hermana y sus amigas también estaban ahí para sacarme de casa. Me dieron el valor para llevar a cabo lo que hacía tiempo que quería hacer. Pero después de dejarlo cometí el error de pasar demasiado tiempo con Antonio, las casi 24h del día, porque yo no aguantaba estar en casa, mi madre no me apoyaba, tampoco intentó hablar conmigo por las buenas para saber qué había sucedido, aunque con todo lo que me quejaba de la relación yo no veía que más explicaciones tenía que darle ya lo sabía de sobra. No soportaba ver a mi tíos, no quería que me preguntaran, así que desaparecía de casa todo el día y volvía a la noche casi de madrugada. Y ya se sabe que el roce hace el cariño...y acabé dejándome llevar. Realmente sentía aquello que me llevó a ser más que amiga de Antonio, tengo que aclarar que antes de dejar a Mariano no sentía nada por él, le veía casi todos los días pero simplemente tomábamos algo y charlábamos, pero después de un mes tras mi ruptura...no pude evitar que surgieran aquellos sentimientos, y él quería algo serio...nada de frivolidades...acepté a pesar que algo me decía que no debía hacerlo. Y tras dos meses con él tuve que dejarlo porque me sentía mal, porque en el fondo todo surgió debido a mi debilidad, de haber estado mejor probablemente no habría dejado que ocurriera aquello a pesar de que realmente sentía algo.

Bueno después de todo esto me dediqué a lo que realmente tenía planeado dedicarme si dejaba a Mariano...me dediqué a hacer lo que me daba la gana, a salir de fiesta hasta el amanecer, a conocer gente, a picotear allí y aquí, en definitiva...me lo pasé en grande, recuperé la autoestima (si es que alguna vez la había tenido), me quise muuuucho, cambié totalmente no me reconocía ni yo, hasta los amigos de Mariano le decían que "jo! que maja se ha vuelto Cocci!", lo supe por él que después de unos meses de la ruptura decidimos volver a vernos, salí de fiesta con él y sus amigos y yo estaba pletórica, todos diciendo lo guapa que estaba lo bien que se me veía...fue muy divertido y a la vez muy raro volver a ver a Mariano y ser consciente de que el beso había que darlo en la mejilla, que no es que tuviera ganas de darle el beso de siempre sino que fueron tantos años de esa costumbre que me habría parecido normal. Y lo mejor que los tíos se me acercaban como las abejas a la miel, en cuanto iba al baño o no estaba rodeada de Mariano y sus amigos les faltaba tiempo para venir a decirme alguna sandez, no entendía muy bien porque no ocurría eso estando con Mariano, luego me lo explicó uno de sus compañeros de trabajo que yo era otra, se me veía segura de mi misma, agusto y divertida, cosa que antes no y eso resultaba muy atractivo, incluso más que un buen físico de lo cual yo no me podía quejar.

Pasaron más meses en los que de vez en cuando salía a cenar y luego de fiesta con Mariano y sus amigos, lo pasaba en grande. Un buen día quedé con una amiga suya, Carolina, que me contó su historia con Borja, ellos eran la pareja con los que íbamos a cenar todos los sábados al mismo sitio a la misma hora...llevaban más de 10 años juntos y ella tuvo que dejarlo. Acabó peor que yo, con una depresión de caballo. Pero también así...por las buenas me soltó que Mariano me había engañado con una de las encargadas de la empresa que había subcontratado a la empresa en la que trabajaba éste. Lo sabía porque se lo había dicho Borja una vez que fue a Madrid y quedó con Mariano. No me sorprendió saber eso, pero tampoco me inspiraba mucha confianza, porque lo mismo que ella venia a contarme todo lo de Mariano...ella seguramente le contaría a él lo mío, y probablemente me contó aquello para que yo contestara que también le había engañado pero "Bueno Caro...eso ahora mismo ya no me importa en absoluto, yo al menos tengo la conciencia tranquila, por no haber hecho nada"

Moralejas:
-Si pretendes que tu pareja dé un cambio radical déjala. No es por nada pero si le conociste así y te enamoraste de él o ella siendo así ¿a qué viene ahora querer cambiarlo? A parte que si acaba cambiando y siendo el hombre perfecto se acabará yendo con otra...aquí lo explica mina
-Si no te quieres a ti mism@ no puedes esperar que los demás te quieran como tú te mereces. Porque ¿qué es lo que crees merecer si no te quieres?
-Jamás de los jamases acumules balas, vete descargando el cartucho de una en una se irán disolviendo. Si te enfadas por algo, explica cómo te sientes, explica lo que te fastidia, aunque te sientas gilipollas porque la situación ocurre por tener un día susceptible y haga lo que haga hoy no te va a mejorar la cara porque ya te has comido el tarro.
-No guardes rencor eternamente, perdona pero no olvides, en el futuro seguramente recordar cosas del pasado nos servirá para saber cómo actuar y no repetir errores.

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