viernes, 2 de diciembre de 2011

¿Perdonada?

No se si te acuerdas pero nos conocimos en el 99, en las fiestas de tu pueblo. Mariola me había invitado porque era el pueblo de sus abuelos, y pasé allí un par de días o tres. Nada más llegar Mariola me arrastró:
-Vamos que he quedado con los amigos.
-Ah y son muchos?
-No empieces, cuantos más mejor...
-Sí pero ya sabes que soy muy tímida y cuanta más gente peor...
-Anda calla y ven.

Bajamos al campo de la fiesta y allí estabais todos en el pseudo escenario de la orquesta, debían ser las 5 de la tarde así que no había trastos todavía allí, creo que jugabais a las cartas. Mariola me presentó, y como temía erais muchos, y me quedé con el nombre de dos o tres. No me fijé en ti, tenía 16años y la verdad que aunque me había enamorado antes platónicamente tampoco tenía mucho interés en tener algo real. Pasamos una tarde de verano amena, no recuerdo qué hicimos pero sé que lo pasamos bien, yo como siempre observando sin intervenir demasiado.

Volvimos a casa para cenar. Tras la cena comenzaron los preparativos que si ducharse que si trapitos que si me pinto no me pinto...y durante ese trajín nos cruzamos un par de veces por la casa con Juan el hermano de mariola:
-Mariola, tengo que contarte una cosa...
-Jobar Juan! No ves que tenemos prisa ya me lo contarás luego.
-Es que es sobre Mario.
-Bueno pues eso, que ya me lo contarás.
Entramos al baño y me dice:
-Qué tendrá que decirme...espero que no sea que Mario quiere algo conmigo.
-Quién es Mario?
-Uno de los chicos de esta tarde.
-Ya, lo suponía pero cuál.
-Uno moreno...
-Uuuy qué de detalles...todos eran morenos salvo un castaño.
-Bueno ya lo verás luego.
Por fin llegó la hora de salir a la fiesta, vinieron a buscarnos dos de las amigas, y mientras bajábamos Juan fue hablando con Mariola. Cuando llegamos a la fiesta Mariola me suelta sin anestesia ni nada:
-Que me equivoqué, Mario quiere salir contigo.
-Pero quién es Mario?!
-Mira ese de ahí...
-Ahh, pues a ver es que ni lo conozco, así que como que no.
-Es buen chico, te pega, pero sí que es verdad, ni siquiera te conoce como para pedirte salir, sería un flechazo.
-Pues por su parte porque yo...
-Tú es que eres una sosa.

La noche transcurrió entre vaciladas, todos sabían ya que tú estabas por mi, así que trataban de dejarnos a solas pero Mariola no lo permitía, me conocía de sobra para saber que aquello no me gustaba y que me sentiría muy incómoda. Dimos paseos, fuimos hasta el cementerio todos juntos con la noche cerrada que había...
-Venga Mario, porqué no le haces de guía en el cementerio?!
-Pfff puedo entrar yo sola!
-No Cocci- me prohibiste- no entres sola ahí dentro, de hecho ni sola ni acompañada, no les hagas caso.

Nos tumbamos todos en la hierba al lado de aquel camposanto, pequeño todo hay que decirlo, por eso no me daba miedo darme una vuelta. Vimos las estrellas, alguno se puso a cantar alguna canción "romántica", volvimos a la fiesta, yo como siempre no quería bailar, era como un palo me sentía rígida y era incapaz de seguir el ritmo. Acabó la orquesta y quedamos unos pocos, nos dieron el chocolate con bizcochos, y luego nos fuimos a la escuela abandonada porque hacía ya frío al amanecer, allí unos se tumbaron en las puertas que habían sacado de sus goznes, otros en varias mesas juntadas, otro en la mesa del profesor, yo sentada en una silla y con la cabeza en el pupitre, nos quedamos todos medio dormidos...pero hacia las 7 y pico de la mañana ya decidimos irnos a casa porque para estar así...

El día siguiente fue parecido, aunque con más cansancio...dormir solo dos horas tuvo algo que ver aunque con 16años casi ni se aprecia. Fuimos toda la tropa al río pero yo no me bañé, no sé cual fue la excusa pero tenía la regla y de aquella lo de los tampones me daba no sé qué. Tengo que decir que sentía algo en el estómago aquello que llaman mariposas pero que en realidad solo son nervios, estaba nerviosa porque sabía que tú querías algo conmigo y eso siempre ilusiona aunque no quieras, sobre todo con esa edad. No recuerdo bien la siguiente noche, creo que volvimos pronto a casa esta vez. Y al día siguiente me fui para mi casa, seguro que pensando en ti.

La semana siguiente creo que vinisteis toda la pandilla a mi pueblo una tarde y te me arrimaste un poco más, quizá me cogiste la mano o algo no lo recuerdo, pero sí recuerdo el viernes noche que también vinisteis de fiesta, Mariola me obligó a salir con lo poco que me gustaba y allí en la discoteca hasta una "amiga" del pueblo que ni te conocía me dijo:
-Pero métele el morro mujer, que lo está deseando!
Yo no quería, pero me bebí mi malibú con piña (sí bebida de nenas pero eso es lo que era yo) y finalmente dejé de hacer la cobra. Me besaste, y creo que no me gustó demasiado, no sé si por los nervios, porque no me gustaba aquel lugar lleno de gente, o porque con 16 años aun se es muy torpe en ese aspecto. Mariola tenía que irse y tuve que ir a casa a abrirle el portal para que cogiera su casco y la moto, tú viniste detrás...
-Pero este tío te tiene que seguir como un perro?
Ya no sé si lo que le pasaba es que tenía cierta envidia. Pero el caso es que viniste te despediste con un beso y yo ya de estar en casa me quedé.

Volvimos a vernos algún día que otro con toda la pandilla, se te escapó algún beso y tuve que decirle a Mariola que te dijera que allí en el río no que había vecinos y no quería que vieran...si es que ni siquiera nos hablábamos! Te dedicabas únicamente a hacerme aguadillas, que por cierto llegué a cansarme y en alguna ocasión lo pasé hasta mal.

Y llegó el día, mi madre me dio la noticia:
-Cocci te vas a Irlanda, te han concedido la beca!
-Nooo mamá no quiero ir, yo no sé inglés no me voy a entender con la gente.
-Tú vas, esta oportunidad no la vas a perder, es mejor que vayas por las buenas que por las malas.

Esa tarde viniste con la tropa y me preguntaste si iría a las fiestas de Gran Ciudad donde vivías, y te dije que no sabía, que ya veríamos porque yo me iba a Irlanda un mes y lo mismo coincidía que estaba aún allí en las fiestas. Te sorprendiste, tu cara lo decía todo:
-Pero como vas tan lejos?!
-Mi madre me obliga, yo no quiero ir, me da miedo, yo no sé inglés y ...
-Bueno pero vas con más gente no?
-Sí van ocho personas de mi pueblo.
-Bueno pues entonces no estarás tan perdida...me avisarás cuando vuelvas no?
-Sí, sí...

El viaje a Irlanda '99 fue una de experiencias de mi vida que más me marcó. Hubo un antes y un después. En la casa de acogida eramos dos chicas...yo y Silvia la única chica de mi pueblo con la que me llevaba de aquella (porque luego hubo otra más jaja) y me sigo llevando aunque no nos vemos. Conocí a un montón de gente (españoles), fuimos como uña y carne y la separación (porque cada uno era de una esquina del país) fue como si nos separan de un familiar querido, o de un gran amor...lloramos como niños, nos abrazamos...lloramos al ver pasar el paisaje de ese maravilloso país. Me di cuenta que era capaz de mucho más de lo que pensaba, supe defenderme en otro idioma, supe moverme por un lugar totalmente desconocido, empecé a socializar y a hablar con gente que no conocía de nada. Allí se quedó la Cocci que conociste, y volvió otra totalmente desconocida para todos. Mariola no podía creerse que la llamara yo para salir de fiesta:
-Cocci...eres tú?
-Sí soy yo!!
-Pero no estás cansada del viaje? si acabas de llegar no?
-Sí, pero tengo ganas de fiestaaa!!!
-Dios quien te vio y quien te ve...a ti te han cambiado por otra.

Cuando me vio de fiesta no se lo podía creer, hablaba con todo el mundo, le presenté a algunos amigos que nos hicimos Silvia y yo en irlanda, que vivían cerca y los invitamos a venir. Hasta bailé!!! 

Mi vida cambió  por completo, no me olvidé de ti, pero no tuve agallas para volver a verte. Lo cierto es que no estaba preparada para "salir" con un chico fuera el que fuera. Me aterraba el que llegaran las noticias a casa y que me interrogaran, odiaba los vaciles... es lo único que no cambió en mi. Desde luego la Cocci de antes creo que habría hecho o dicho algo. Pero la que volvió de Irlanda pasó soberanamente de ti. Una prima tuya que iba al instituto a mi pueblo me dijo que querías mi numero de teléfono para poder contactar conmigo o mi dirección pero le dije que mejor me diera ella esos datos tuyos que ya me pondría yo en contacto contigo cuando pudiera. Y tenía todo, me aprendí tu número de memoria, y tu dirección, pasé muchísimas veces por allí y cada vez que paso te recuerdo. No es el recuerdo de un amor, es el recuerdo de un perdón no formulado, de un rencor que me guardo para mi sola. Si te digo la verdad no sé si te hubiera gustado la nueva Cocci, empecé a salir demasiado, me importaban menos los estudios que la perspectiva del fin de semana, me descentré totalmente.

Al año siguiente volví a las fiestas del pueblo donde nos conocimos, ya no estaba toda la pandilla, conociste a mi nuevo yo, y aún así cuando nos acompañaste a casa te animaste a darme la mano y un beso comisurero de despedida. Despues de lo que te había hecho, no entendía cómo podías siquiera seguir hablándome.

Me acordé de ti muchas veces, en los malos momentos que pasé con mis relaciones siempre pensé que aquello me ocurría por mi mal comportamiento contigo, y pedía perdón una y otra vez al vacío, incluso pensaba que ojalá aparecieras igual de enamorado que antes y me arrebataras de aquellos malos ratos. No puedo asegurar que no me llegaras a gustar, porque es cierto que pensaba muchísimo en ti, y me ponía nerviosa si te veía llegar pero no puedo distinguir si era algo propio o algo producido por saber que yo a ti te gustaba más de la cuenta.

Y este fin de semana te he vuelto a ver, te miré desde una distancia prudente, no creo que pudieras fijarte en mi, estabas allí abajo con una chica, seguramente con la que te he visto más de una vez cuando nos cruzamos por la calle. Sigues igual, bueno tienes las mandíbulas más marcadas, pero sigues llevando gafas de montura negra y te reconocería a leguas...no sé cómo es posible si no te llegué a querer...o eso creo.

Por eso vuelvo a pensar en ti, y en lo asquerosa que fui. Ni siquiera al año siguiente que vi que se podía hablar contigo, que podías ser al menos un amigo, pude dar pie a mantener un contacto. No sé si escribir esto aquí donde probablemente no llegues a leerlo nunca me ayudará a quitarme ese rencor que me guardo. Pero me da igual, lo escribiré:

Te pido perdón por haber sido tan egoísta.

4 comentarios:

  1. No deberías tenerte ese rencor, con esa edad tod@s somos un poco gilipollas, si le gustabas a alguien porque le gustabas y si no le gustabas porque no le gustabas...la inexperiencia es lo que tiene.

    1besico!

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  2. Sí claro todos hemos pasado la edad del pavo pero en este caso supongo que me jode porque sigo cruzándome amenudo con esta persona, y al no haberle conocido demasiado sigo creyendo que es buena persona, hice muchas tonterías pero excepto esta...el resto siempre se lo ha merecido jajaja.

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  3. Cocci, a todas nos pasó algo parecido. Yo también dejé tirado a un chico que era buena gente, y a veces pienso que habría sido si... Pero supongo que lo idealizo. No hubo peleas, no hubo nada, y así es más fácil quedarse con los buenos recuerdos.
    Un beso, guapa!

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  4. Lili, estoy convencida de que es eso, el no haber dado tiempo a que no ocurriera nada malo en qué apoyarse para quitarse las culpas jaja! Lo cierto es que no me ha vuelto a ocurrir eso de dejar sin dar explicaciones de nada, supongo que fue una lección que aprendí pronto, sobretodo cuando me tocó a mi... Besines!

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