viernes, 19 de noviembre de 2021

Lupe II

 Entonces estábamos en que Paula y yo íbamos a ver a Lupe a la tienda donde la tenían en adopción.

Cogí a esa cosa peluda y oscura en los brazos y en un segundo me hizo una mascarilla de saliva en la cara, si algo saben estos bichos es cómo conseguir las cosas. Esa carita, esas patucas, las patas me fliparon. Hice vídeo, fotos y las mandé al Enfermero que seguro estaba aburrido durante su guardia. El sábado quedamos los dos con Paula para tomar algo y ya nos hablaba como si hubiéramos adoptado a Antonia, "mira en este grupo de facebook quedan para hacer rutas con perros y ponen sitios y hoteles para ir con mascota, y yo me quedo con ella lo que haga falta no vais a tener problema con eso blablabla..."

El Enfermero y yo fuimos el lunes a ver a la Antonia juntos, la perra realizó la misma operación con él, en cuanto la cogió le embadurnó la cara, y cuando lo vi sonreír pensé: "la hemos liado". Porque claro podía pasar que le diera asco que conociéndolo no me habría extrañado porque no es tan flipado de los bichos como yo, pero nada ya estaba hecho. Nos lo pensamos mucho, vamos que allí estaba el enfermero jugando con Antonia mientras yo rellenaba la encuesta para adopción. Yo creo que ni la miran ni comparan con otras. Salimos de allí con la cosa hecha para llevarnos a la bicheja el viernes siguiente porque por norma tenía que quedarse allí una semana.

El miércoles siguiente me pasé por allí al salir del curro a ver a mi perrhija, y justo fue una chica con su pareja "mira es ésta, mira qué bonita", debía ir a verla para adoptar...pero ya tenía el cartel de "reservada".

¿Quién me iba a decir a mí que tener un cachorro me iba a quitar el sueño? Pues toda la semana de espera no dormí nada bien, primero que estaba tan nerviosa que no me dormía y segundo que lo poco que dormía tenía sueños raros. ¿Y una vez en casa? Joder y yo diciendo que no tengo instinto maternal...pues será instinto perrunil, porque ahí estaba yo al quite con Lupe de mi lado de la cama que cada vez que se ponía a lloriquear le tenía que arrimar la mano para que no despertara al enfermero, y madrugando para sacarla temprano, enseñándole a ser una perra educada y buena, llevándola a ver a otros perros y gatos para socializarla. La de pises y cacas que tuvimos que limpiar en casa, por cierto, cualquiera pensará que es peor la caca...pues no, mientras la caca sea consistente, es mucho mejor recoger esa caca que el puto pis en el que hay que gastar papel absorbente. 

A día de hoy Lupe sigue viva y en buena salud, con sus 3 años recién cumplidos…vaya por dios y se me olvidó que fue su cumpleaños hace unos días, soy la peor de las madres. Bastante hago que me acuerdo de darle de beber y comer y que la sacamos 3 o 4 veces al día, y que la llevamos de excursión y a correr y de cañas. Y tras tanta dedicación y socialización ha salido a mi, borde y rabuda con los machos, y desconfiada con las hembras. Cuando era un barrilete no le tenía miedo a nada, jugaba con mastines adultos, con cachorros enormes y torpes que la podían aplastar, y ahora se dedica a ladrarles de lejos como diciendo "¡Aquí ni te acerques que estoy yo!¿ eh?"


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