Esta es la continuación de ¿Tener
un perro yo? ¡Ni de coña!
Bueno como iba contando, mi perra, Lupe, tiene su historia. Una de mis queridas
amigas llamémosla Paqui, llevaba un tiempo mosqueada porque su perra estaba
rara y gorda. Antecedentes: "No la quiero esterilizar pobrecilla",
"el perro de mis padres está sin castrar, pero vigilamos a la perra cuando
está en celo además ella no se deja" (época en la que tuvieron que irse a
vivir a casa de sus padres). Que no se deja decía, a ver delante de ti no se
deja, pero todas las perras tienen un período "ventana abierta" que
puede que unas les dure un día y otros 3 segundos en el que no es que no se dejan,
sino que lo buscan. Total, que Paqui lleva a su perra al veterinario porque ya
huele el asunto, se está poniendo como un tonel la perra. Pues que es un
embarazo psicológico dice la veterinaria.
A los pocos días la barriga psicológica se mueve como en la peli de Alien, una
cosa espantosa. Hala otra vez a la veterinaria.¡Uy pues el embarazo psicológico
se transformó en embarazo de verdad en apenas una semana! Aplauso lento ¬¬. Y a
los 15 días del supuesto embarazo psicológico nacieron 4 cachorras preciosas.
Luego vino el "Chicas ¿Sabéis de alguien que quiera perrito? ¿Alguna de
vosotras no querrá? es que no quiero darlas a desconocidos". Yo por
supuesto NO rotundo, aunque con el enfermero nos lo estábamos planteando, pero
estábamos ambos de acuerdo que queríamos uno con cierta edad, que ya hiciera
sus necesidades fuera de casa y a ser posible que necesitara ser adoptado. Y
que se sirviera solito la comida y el agua, y que barriera sus pelos, y que se
sacara a pasear solo... ¡no te jofastida! Paqui consiguió colocar dos de
las perras a desconocidos, muy a su pesar, y la tercera se la llevó nuestra
amiga Juani. Total, que le faltaba la cuarta en discordia, una perra parda
oscura con el rabo torcido como su madre. Yo fui a ver a las cachorras antes de
que las entregara y lógicamente me encantaron, son una pasada los bichillos, a mí
me encantan los animales desde que tengo uso de razón, pero como uso la razón y
razono mucho también sabía que prefería gastar mi tiempo en otras cosas.
El caso que Paqui como no sabía qué hacer con la cuarta, bautizada Antonia por
Paula (otra de mis amigas), tomó la difícil decisión de dejarla en una tienda
de animales que tienen un servicio de adopción de animales. Oye es una mierda,
pero yo diría que están mejor que en una perrera municipal, y los cachorros al
final son como caramelos en la puerta de un colegio en esas tiendas. Así que un
jueves Paqui entrega a Antonia.
Continuará...
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