La noche de ayer iba a pasar la
noche sola en casa y por una vez me acordé de cerrarme con llave, lo suele
hacer el Enfermero, pero cuando estoy sola a veces lo hago y otras no porque se
me olvida.
Total, que cierro y decido no
dejar la llave metida porque anda la hija del Enfermero que entra y sale cuando
le viene en gana y si dejo la llave metida ella no puede entrar y capaz que
llama al timbre a las 3 de la mañana para que le abra.
Esta mañana me levanto,
desayuno tranquilamente y cuando me llega la hora de salir de casa...las putas
llaves. ¡Que no encuentro las llaves, me cagon diola!
¡Pero si las dejé encima del
zapatero de la entrada! Y ahí no están. Vacío el bolso, lo dejo todo lleno de
mierda porque tengo la manía de meter fruta, comida y cosas que van soltando
mierdecilla. Y venga a dar vueltas por toda la casa, y a bajar santos.
En esto que Lupe se empieza a
poner nerviosa y a ladrar a la puerta, la hija del Enfermero que llega a estas
horas, tiene llaves y entra. Al menos ya puedo salir a currar, pero jolín me
gustaría tener las llaves para no depender de que haya alguien en casa para
entrar.
Justo...me da por dejar de
obsesionarme a mirar donde pienso que están las llaves y levanto la cabeza y
justo ahí colgadas al lado de la puerta como a 3 palmos de la cerradura
vaya...en un cuadrito decorativo al que le puse un clavo precisamente para eso,
para colgar llaves o mascarillas...
SOY PUTO IMBÉCIL.
Claro ahí las había dejado.